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12 Aun las tinieblas no encubren de ti,

Y la noche resplandece como el día:

Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

13 Porque tú poseiste mis riñones;

Cubrísteme en el vientre de mi madre.

14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras:

Estoy maravillado,

Y mi alma lo conoce mucho.

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